EL HOMBRE EN EL ESPEJO
Caminando En lo más profundo del ser en el
lago que se muestra apacible por fuera de superficie de quietud y bañado nebulosa
neblina, pero turbulento por dentro, lleno de fieras corrientes y de intrigantes
preguntas, arrojadas al olvido para dar paz al alma martirizada por el tiempo y
el deja vu de las probabilidades y la incertidumbre de lo que pudo ser o lo que
pudo ocurrir, aquel hombre de leves pero incisivas arrugas en su cara mostraba
el castigo atroz del pasar en el tiempo, mirándose frente al espejo trataba de recordar cuando fue su primera
experiencia frente aquel espejo de antaña procedencia soportado en un marco de
madera y bronce desgastado y maltratado por la línea del tiempo.
Aquellos surcos arados por la máquina del
tiempo presumen ser sabios, sin embargo ello no muestra sabiduría, solo muestra
una leve experiencia de conocimientos empíricos adquiridos por el soplo de la
universidad de la vida. Al caminar sobre la arena del mar, blanca y brillante,
se perdió el rastro tras volver sobre ellas, las olas fueron desvaneciendo en
su ir venir su propio rastro, allí en el limbo que divide el océano de las
realidades a veces calmado y turbulento en tempestades imposible ya escapar del
presente que le arrebata segundo a segundo la vida, ese soy yo el hombre frente
al espejo, recordando el pasado avasallado al atroz presente; no existe botón de
reset, ni trucos mágicos el universo ha lanzado sus cartas, el destino no lo conozco
aun, solo sé que nací en aquel lugar de techos rojos rodeado por un magnánimo paisaje
lleno de exuberancia de verdes cerros y montañas llamado cerro del Ávila, donde
feneceré aun no lo sé, no lo sé. Lo sabes tú?
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